La había visto desde el principio. Cruzó la pierna generosamente dejando lo suficiente a la vista. Todos sabían que era peligroso mirar siquiera de reojo aquella piel que se exponía para mí, pero no pude evitar contemplar su piel acanelada por el sol de esta ciudad. Entonces, trate de hacer otra cosa, quitar el papel dorado de la cerveza oscura de una marca alemana que no sé pronunciar y mostrarme un poco sin interés, mostrando mi parte inocente, digamos, ser una persona de pocos instintos carnales, pero dejando siempre la posibilidad a lo que pueda pasar. Aun así, creo que por más intentos de aguantar las ganas, me andaba calentando un poco, y cuando sucedía eso, le daba un trago brusco a la cerveza impronunciable. Ella se acomodó el cabello de tal modo que dejó descubierto la línea del escote, y qué línea, no me hubiera dado cuenta del verdadero tamaño de sus senos, grande y extremadamente deseables, de no haberla abrazado tan animosamente casi al final de la reunión. El asunto era que sentía una extraña sensación cuando estaba ahí, poniendo su mano sobre la mesa y me miraba silenciosamente, y yo casi podía saber que algo quería decirme. De pronto dejó el sillón y se recorrió un lugar, y terminó al lado mío, con el mismo escote prolongado que se abría para mí cuando se me acercaba para comenzar la plática.
De dónde eres, soy de esta ciudad y tú, yo soy de la costa y desde hace unos años vivo acá... perdona pero no recuerdo haberte visto-y cruzó lentamente la otra pierna y confirmo que su color es un suave canela- es que casi no ando por estos sitios...soy una persona tímida- levanto mi cerveza para ver si aún le queda algo de frescura para calmar el calor y doy el último trago, la lengua tiene un leve hormigueo, la muevo para sentirla dentro, empiezo a sentir dormidos los brazos- , ya veo...pero déjame decirte que me recuerdas mucho a una persona muy querida de mi ciudad... ¿sabes? no es por el color de piel... tiene que ver un poco con la forma de la cara...los pómulos ligeramente amplios y la voz gruesa y afelpada que tienes, ¿de verdad lo crees? Vaya mujer... no sé que decirte...nunca me habían hecho unhalago de esa forma...así que gracias creo, ¿de verdad? me gusta mucho la forma de tu cara y...-la interrumpí para mostrar un poco de interés- vienes con tu... -un silencio para que me confirme que viene acompañada- es mi pareja - se recarga en el respaldo de la silla y el mesero trae un caballito de tequila que ella bebe de dos tragos, dejando sobre el vidrio la marca de sus labios en tono vino- veo el vaso y me parece excitante que tenga una boca amplia y un poco carnosa, la veo pasando la lengua sobre sus labios y aprieto mis piernas ligeramente porque empiezo a sentir la humedad poblando mi sexo- Vaya que hace calor-comienzo la plática de nuevo pero un silencio de esos incómodos se pone entre nuestras miradas que a esa hora no pueden disimular ya nada- ¿y eres feliz?- ella me clava la mirada, baja los ojos hasta verme de pies a cabeza, voltea hacia otro lado, queriendo ver distraídamente la televisión y sus videos de futbol y suspira de forma casi imperseptible, dudo un poco, palmeo con suavidad sus manos para disculparme del mal rato y me dirigo al baño después de 6 cervezas. El baño es un cuarto con apenas dos tazas completas, una barra ancha donde está un lavamanos. Me miro la cara en el espejo y me parece la mirada brillante, y creo que ella no mintió cuando hablaba de que mi cara es agradable. Entro al baño y un hedor de orines baña el piso. El cesto lleno de papeles y toallas femeninas mal acomodadas. Ya nada me daba asco. Tardé algunos minutos, tenía mucha orina y no dejaba de salir. Creo que había bebido demasiado. Al salir me sorpendo toparmela de frente, ella está de espalda a la puerta. Nos miramos quizá por dos segundos, y ella da unos pasos tímidos hacia atrás. Cierra la puerta con sus manos en la espalda, sin perderme de vista. No hay nadie le digo y camino hacia ella. Es ligeramente más alta que yo y oigo el click del seguro de la puerta. Siento humedecerme al estar cerca de ella, y me abraza y siento sus senos grandes sobre los míos y tengo que abrazarla y mis manos suben y bajan amorosamente desde su cabeza hasta el principio de sus nalgas, ella se aprieta más fuerte y siento que sus manos se meten debajo de mi sueter, y algo me dice al oído que no entiendo bien porque siento un escalofrío recorriendome al sentir su aliento caliente sobre mi oreja, y la tomo de la cintura y miro su cara sonrojada y sus ojos delineados de color negro, veo su boca carnosa cerca de mi con menos color, y observo que en realidad no tiene la boca tan grande (...)